Los títulos
Tres años después, en abril de 1912, la institución debutó oficialmente una competencia local.
Luego de conseguir un par de títulos en la Liga Valparaíso, en 1944 ingresó a la Asociación Central de Fútbol para participar del Campeonato Oficial de Primera División. Así comenzó a pavimentarse la historia que consagró al equipo como el primer campeón de provincia en 1950.
Luego de una temporada espectacular, de la mano de Martín García como entrenador y René Orlando Meléndez como goleador, los Oro y Cielo alcanzaron en 1950 el primer título profesional tras derrotar a Unión Española.
Al año siguiente, Everton era el rival que todo querían vencer. Terminó segundo en la tabla general, sin lograr el anhelado bicampeonato. Pero en 1952, lo viñamarinos tuvieron su revancha y alcanzaron su segundo título cuando faltaban solo dos fechas para que terminara el certamen.
La tercera estrella la ganó en 1976, con Pedro Morales como técnico. En una excelente campaña, los auriazules terminaron igualados en 53 puntos con Unión Española. Por lo tanto, tenían que definir el título con los hispanos en el Estadio Nacional.
En el compromiso ambos equipos no pudieron sacarse ventajas, por lo que tuvieron que ir a un segundo partido definitorio en el Nacional. Con goles de Sergio Ahumada, Mario Salinas y José Luis Ceballos, Everton consiguió alzar la tercera Copa, que le permitio disputar por primera vez la Copa Libertadores de América en 1977.
Tras una sequía de títulos, muchos pensaron que jamás iban a poder volver a celebrar una copa. Sin embargo, el 2007, un grupo de evertonianos llegó a hacerse cargo del Club, formando Everton SADP. Martínez y Bloise encabezaron el proyecto que trajo a Viña del Mar una esperanza y optimismo.
De esta forma, el 2008, llegó a la banca evertoniana Nelson Acosta. El ex entrenador de la Selección Chilena en el Mundial de Francia ’98, fue el encargado de liderar el proyecto. Esa temporada, Ezequiel Miralles, Jaime Riveros, Adrián Rojas, Cristián Oviedo y Cristián Canio, entre otros, protagonizaron un excelente rendimiento.
A esto, se le suma que la labor dirigencial y el apoyo de las tribunas fuera el tercer Club que más público llevó al estadio.
Tras clasificarse a Play Offs, los Oro y Cielo dejaron a su paso a Audax Italiano y luego a Universidad de Chile para sellar el paso a la final. El desafío era ante Colo Colo. En el partido de ída, los dirigidos por Nelson Acosta cayeron por 2-0, la hazaña parecía imposible pensando en el compromiso de vuelta, que tenía que disputarse en el Estadio Sausalito.
La noche del 3 de junio fue mágica, los viñamarinos repletaron el estadio para volver a ver a Everton en lo más alto del fútbol chileno.
Los goles de Miralles y Rivero emocionaron a toda una ciudad, y golearon a los albos por 3-0 para alzar la cuarta copa del Club. De esta forma, los Oro y Cielo, volvían a la Copa Libertadores, el torneo de clubes más importante de Sudamérica.
Así, Everton no solo era el primer equipo de provincia en coronarse campeón del fútbol chileno, sino que también el primero en ganar en tierras trasandinas, luego de vencer a Lanús por 2-1 con goles de Roberto Gutiérrez y José Luis Muñoz.
La Copa de la Hermandad
El 2010, los viñamarinos jugaron la Copa de la Hermandad y enfrentaron al Everton inglés. Jugadores e hinchas cumplieron un sueño, viendo a Everton de Viña del Mar jugando en el Estadio Goodison Park. El duelo se disputó el 4 de agosto y los Oro y Cielo cayeron por 2-0 con tantos de Jermaine Beckford y Diniyar Bilyaletdinov.
Ese mismo año, Everton perdió la categoría y descendió a Primera B con Diego Osella como Director Técnico. El 2011 los Oro y Cielo estuvieron cerca del ascenso. Sin embargo, sus sueños se vieron frustrados en última instancia.
El 2012, con Víctor Hugo Castañeda como adiestrador, Everton accedió a Liguilla de Promoción en donde se midió ante Universidad de Concepción.
En el partido de ida, disputado en el Estadio Sausalito, los viñamarinos se impusieron por 1-0 con gol de Ángel Rojas. En el compromiso de vuelta los auriazules ganaron 3-1, con anotaciones de José Luis Muñoz y Jonathan Suazo, y sellaron el ascenso a la división de honor.