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A 11 años del histórico triunfo a Lanús por Copa Libertadores en Argentina

Los goles de aquella mágica noche fueron anotados por Roberto Gutiérrez y José Luis Muñoz.

 Sin duda uno de los más grandes hitos deportivos que siempre serán recordados en Everton es el 2-1 ante Lanús en condición de visita, el cual pasaría a la historia por ser la primera victoria de un equipo chileno en Argentina por Copa Libertadores.

Esta historia parte un año antes en 2008 con el título en el Campeonato de Apertura en aquella mítica final ante Colo-Colo, en Viña del Mar, lo que le permitió al equipo dirigido por Nelson Acosta acceder al máximo torneo continental a nivel de clubes.

En aquella oportunidad, el Oro y Cielo quedó ubicado en el Grupo 6 junto a Caracas (VEN), Chivas de Guadalajara (MEX) y Lanús (ARG). Sin duda, equipos que harían difícil la tarea, pero Everton tenía un gran plantel para aceptar el desafío, con nombres de la talla de Gustavo Dalsasso, Ezequiel Miralles, Jaime Riveros, entre otros.

“Habíamos hecho un buen triunfo contra Caracas, teníamos un grupo de jugadores que estaba muy bien en la parte anímica y sabíamos que podíamos hacer algo. Nunca tomamos la dimensión de la importancia que fue ser el primer equipo que le ganó a Lanús, pero en la previa estábamos con mucha confianza, mucho ánimo y se dio un triunfo que nos permitía estar vivos y seguir con la ilusión de clasificar a la siguiente etapa”, recordaba Gustavo Dalsasso, arquero y protagonista de aquella Copa Libertadores.

El cuadro evertoniano había conseguido un empate 1-1 en Viña del Mar ante Lanús, equipo que en ese tiempo venía puntero en el torneo argentino y que asomaba como uno de los favoritos en aquel Grupo 6.

“Sabíamos también que Lanús venía primero en el campeonato local, venía de una seguidilla de partidos ganados, estaba invicto, nosotros obviamente gracias a la dirección técnica de Nelson Acosta éramos un equipo que se paraba muy bien atrás, salíamos rápido de contra, teniendo arriba al “Pájaro” Gutiérrez y (Ezequiel) Miralles”, agregó Dalsasso.

El 17 de marzo de 2009 en el Estadio Ciudad de Lanús, el Oro y Cielo saltó al terreno de juego con el clásico 4-4-2 de Nelson Acosta conformado por: Gustavo Dalsasso, Rodrigo Ramírez, Adrián Rojas, Cristián Oviedo, Roberto Floris, Nicolás Freitas, Leandro Delgado, Mathias Vidangossy, Jaime Riveros, Roberto Gutiérrez y Ezequiel Miralles. Ingresaron desde el banco Fernando Manríquez (por Mathias Vidangossy), Diego Figueredo (por Jaime Riveros) y José Luis Muñoz (por Roberto Gutiérrez).

“La verdad que en el ambiente del plantel se notaba que había esa sensación que podíamos lograr algo importante, sabíamos que había sido imposible para todos los equipos chilenos, pero nosotros nos sentíamos cómodos en los partidos anteriores que habíamos tenido en la copa. Creo que habían muchas ganas y también había viajado mucha gente de Everton que nos hizo sentir como en Viña”, declaraba Roberto Gutiérrez, jugador y autor del primer gol del Oro y Cielo.

El partido comenzó con el equipo local presionando bastante el área evertoniana, donde la figura de Gustavo Dalsasso fue vital para detener los ataques continuos. Pero Everton no se quedó atrás y metió el pie en el acelerador para comenzar a crear ocasiones de peligro.

“Nos preparó como es Don Nelson con sus trabajos siempre muy disciplinados en lo táctico y sabiendo que nosotros teníamos muchos jugadores de jerarquía y en algún momento les podíamos hacer daño”, comentaba José Luis Muñoz, uno de los héroes de aquel partido marcando la victoria en el final del encuentro.

Pero en el minuto 28 caería el primer desequilibrio del partido, donde luego de un lateral al área Sebastián Blanco quedó en posición para anotar, Dalsasso achica muy bien los espacios pero toca al jugador quien cae en el área y gana un penal para Lanús.

Un minuto después se pondría frente al balón José Sand, quien efectuaría el lanzamiento penal que sería muy bien adivinado por Gustavo Dalsasso, pero en el rebote Santiago Biglieri anotaría el primero en favor del local.

“Sabíamos que el partido sería difícil y claramente en nuestra mente estaba la opción de comenzar perdiendo, pero la idea era no desenfocarse, que un gol siempre cambia todo, desde el estado anímico hasta el momento futbolístico, así que los momentos malos eran para hacernos fuertes y que pronto pasaría el chaparrón como se dice”, expresaba el “Pájaro” Gutiérrez.

La primera mitad terminaría con el marcador 1-0 en donde Everton debió aguantar el ataque de Lanús y mantener la mínima diferencia para buscar en el segundo tiempo darle la vuelta al resultado.

Ya en la segunda mitad, el cuadro viñamarino salió con todo en busca del empate y tras un mortal contragolpe, Roberto Gutiérrez avanza dejando varios hombres en el camino y luego define de manera exquisita para decretar la paridad en el encuentro.

“Rápidamente y en el correr de la jugada, como tenía compañeros a los costados nunca me salió un rival y ahí fue que decidí continuar hasta ya ver que estaba cerca de entrar al área y en ese momento hago un gesto como que se la iba a entregar a Jaime Riveros, el arquero quiere adivinar ese pase y me deja un poco el espacio para yo acomodar el balón y darle de izquierda. La verdad que salió un tremendo contragolpe y también fue lo que necesitábamos para contagiarnos con la confianza de que se podía lograr el triunfo”, comentó Gutiérrez sobre aquel esperado gol.

Después de esto el partido se volvió bastante trabado, con mucho roce y faltas por ambos lados en busca de la desigualdad. Roberto Gutiérrez sabía que la igualdad no era un mal resultado en Argentina y lo grafica diciendo que, “sabíamos que podía pasar eso, para nosotros el empate era bueno, pero también sabíamos que teníamos que estar bien agrupados y jugar con la desesperación del local y que así podíamos tener una opción más segura, había que estar finos y lo logramos”.

Cuando parecía que todo se encaminaba para terminar con un empate, José Luis Muñoz, quien había reemplazado a Roberto Gutiérrez en el minuto 85, agarró un balonazo en el área visitante y marcó el tan anhelado gol para Everton que desató la locura en el minuto 93.

“En ningún momento sabía que era el primer triunfo en Argentina en Copa Libertadores, solo lo viví como el gol de la victoria y con mucha emoción y felicidad”, declaró “Ribery” Muñoz sobre tan importante gol que pasaría a la historia del club y el fútbol chileno.

Al momento de escuchar el pitazo final, Everton había hecho historia. “La verdad que fue mucha gente a Argentina y nos hicieron sentir muy cómodos, creo que hubo un conjunto de cosas que se alinearon para terminar siendo el primer equipo chileno en ganar por la Copa Libertadores en Argentina”, recordó con mucho cariño Roberto Gutiérrez.

En síntesis, el partido se dio de una forma tal, que el esquema siempre confiable de Nelson Acosta, junto a la calidad de jugadores que tenía el club, hicieron posible esta inolvidable hazaña.

“Le pudimos encontrar un andamiaje al equipo, donde podíamos sostener siempre una mínima diferencia, sabiendo que arriba podían desequilibrar los delanteros. Fue algo que se dio así, en el primer tiempo tuve la suerte de atajar algunas pelotas importantes, en eso comenzamos a construir una solidez, encontramos el empate y en una contra rápida, Ribery Muñoz hace el 2-1 que estalló en felicidad para nosotros y los más de 10 mil hinchas que nos acompañaron y luego cuando llegamos al hotel parecía un campeonato cuando gana Boca porque estaba toda la Avenida 9 de Julio pintada de azul y amarillo”, explica con lujo de detalles Gustavo Dalsasso.

Tras el triunfo los festejos no se hicieron esperar, ya sea en Argentina y también en el regreso a Viña del Mar donde la gente sabía que el equipo había hecho historia en el fútbol nacional.

“La verdad que después del partido fue todo muy lindo, la emoción en nosotros, la historia que dejamos en el club, junto a  los dirigentes y la gente que nos acompañó se llevó un lindo viaje y un recuerdo inolvidable”, declaró Roberto Gutiérrez.

Gustavo Dalsasso también se sumó a los recuerdos de aquel festejo inolvidable. “Después con el tiempo, más allá que los medios comenzaron a hablar más del Everton y de cualquier cosa que logramos de forma individual o colectiva, marcamos un presente, fuimos históricos al ser el primer equipo al ganar en suelo argentino en Copa Libertadores, entonces después obviamente se tomó una trascendencia”.

 El éxito de aquella generación que comenzó con el campeonato del 2008, generó una gran ilusión en toda la hinchada evertoniana, quienes no dudaban en viajar miles de kilómetros para ver jugar al equipo de sus amores.

“La gente siempre estuvo expectante, ya que andábamos bien en el campeonato y en la copa, el equipo tenía una forma de juego y lográbamos conseguir resultados, donde los suplentes eran tan importantes como los titulares. En ese sentido el cuerpo técnico era muy importante para mantenernos motivados y la gente siempre se mantuvo con mucha confianza que podíamos conseguir buenas cosas”, comentó Gustavo Dalsasso.

Finalmente, Dalsasso también destacó la importancia del trabajo en conjunto, donde la competitividad del plantel los hacía permanecer siempre en la mejor condición para afrontar cualquier desafío y apuntar siempre a lo más alto.

“Era un equipo que tenía la base del 2008 donde logramos el campeonato, más algunas incorporaciones pero que también la importancia que siempre tuvieron los equipos de Nelson que los que entraban de reserva jugaban a lo mismo, no se resentía el sistema táctico independiente de dónde jugáramos. Le ganamos buenos partidos a equipos importantes, nunca saliendo de nuestro librito, teniendo una paciencia única y cerrando los partidos aunque fuera por la mínima diferencias, si bien algunas veces no se da, ese año fue buenísimo”.