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Un título inolvidable de la mano de Fernando Riera

Un día como hoy, hace exactos 36 años, levantábamos la Copa Polla Gol de 1964, tras vencer de manera inapelable a Universidad Católica en una gran final, disputada en Santiago, ante miles de fanáticos.

 Antes de la ya conocida Copa Chile, existía un torneo que reunía a todos los clubes de Primera División de nuestro país denominado la Copa Polla Gol y fue en su 14° versión que logramos levantar aquel gigante trofeo ante uno de los equipos grandes del país.

“Teníamos buenos jugadores, estábamos bien organizados, bien dirigidos, ya que jugar en un equipo dirigido por Fernando Riera fue un éxito para nosotros y creo que dentro de esa pasada, junto a jugadores experimentados, logramos tener un buen acoplamiento dentro de la cancha”, recuerda con mucho cariño Domingo Sorace.

En aquella temporada, el cuadro Oro y Cielo era dirigido por el gran Fernando Riera y tenía en sus filas una gama de jugadores experimentados y con hambre de gloria, algo que se vio demostrado conforme avanzaban las fechas en este torneo.

 “La obtención del título fue algo que se fue dando en el camino, ya que estábamos haciendo muy buena campaña y se nos fueron dando los resultados. De pronto, avanzamos mucho en el torneo y nos dimos cuenta que podíamos pelear por el título”, cuenta Domingo Sorace.

La copa comenzó el 12 de  mayo de 1984 con una apretada fase de grupos, algo que los viñamarinos dejaron atrás como un mero trámite al clasificar primeros en su grupo. Posteriormente, se midieron ante Cobresal en partidos de ida y vuelta por las semifinales del torneo. En la otra llave asomaba Universidad Católica y Green Cross.

El partido de ida se disputó el 15 de julio en la altura de El Salvador y en un apretado encuentro, Cobresal logró quedarse con una victoria por la cuenta mínima, obligando al Oro y Cielo a convertir una diferencia de dos goles en el próximo encuentro para sacar boletos a la final.

El jueves 19 de julio se jugó el partido de vuelta y Everton salió con la misión de vencer a Cobresal por dos goles para enfrentar al conjunto cruzado, que ya esperaba en la gran final. Ante ocho mil espectadores, los dirigidos de Fernando Riera marcaron superioridad, abriendo el marcador a favor en el término del primer tiempo, gracias al gol de Washington Olivera.

El segundo partido fue de infarto, pero la algarabía total llegaría a quince minutos del término del compromiso, Luis Alberto Ramos marcaba el segundo gol y ponía Universidad Católica en el horizonte gracias a la victoria de 2-1 en el global.

El miércoles 25 de julio, Everton y Universidad Católica se enfrentaron en la final del torneo Polla Gol en el Estadio Nacional ante 13.500 espectadores, de los cuales se encontraban muchos evertonianos y evertonianas que iban con la ilusión de gritar campeones.

“Estábamos muy ansiosos porque llegara el partido, nosotros concentramos en Juan Pinto Durán con don Fernando Riera y desde ahí nos fuimos ansiosos de jugar. Nos salió todo, fue un 3-0 rotundo”, destacaba Eulogio Martínez.

El equipo que Fernando Riera manejaría ese día estuvo compuesto por Jaime Zapata, Domingo Sorace, Johnny Ashwell, Sergio Navarro, Manuel Quezada, Francisco Eulogio (Leonel Gatica), Belisario Leiva, Jorge García (Sergio Araya), Pedro Pablo Díaz, Luis Alberto Ramos y Washington Olivera.

“Teníamos una defensa con un buen nivel, un medio campo muy bien estructurado y arriba se hizo un trabajo bastante importante que fue una de las causas que nos permitió quedarnos con el título”, nos decía Domingo Sorace.

El partido se presentó favorable para el cuadro viñamarino desde el primer minuto marcando dos goles de ventaja en el primer tiempo de manera rápida, sentenciando el partido casi de manera definitiva.

“Nos salieron las cosas súper rápido, nuestros delanteros eran una bala, como eran Pedro Pablo Díaz, “La Fiera” Ramos y Washington Olivera. De hecho, ellos hicieron los goles y los tres mediocampistas dimos los pases”, rememora Eulogio Martínez.

Ya en la segunda fracción, se marcó el tercer gol que significó el golpe de gracia para Universidad Católica y con el pitazo final, el Oro y Cielo podía dar la vuelta olímpica junto a su fiel hinchada que los acompañó hasta la capital de nuestro país para verlos levantar esa enorme Copa Polla Gol.

“Teníamos mucha emoción en ese momento, fue mucha gente desde Viña y con eso creo que nosotros presentamos un buen partido. Además sabíamos que nos enfrentábamos a un equipo que tenía varios seleccionados chilenos y pienso que nos sentimos de igual a igual y se nos fueron dando las cosas”, reconoce Domingo Sorace.

Eulogio Martínez agrega que a este hermoso recuerdo que “estábamos contentísimos una vez que terminó el partido, dimos la vuelta olímpica con la copa y después el regreso a Viña, donde nos estaban esperando en el casino municipal y ahí con toda la gente nuestra celebramos la copa”.